Hace un mes, más o menos, se acercaron por nuestro estudio unos señores altos, rubios y que hablaban en inglés. Eran norteamericanos. Gracias a Lee, que hablaba español, pudimos entendernos más o menos bien. Él, y sus padres, miraron los cuadros de Carmen y luego se fueron, sonrientes, altos y rubios.
Este lunes, de casualidad, vimos a Lee y un amigo suyo, también norteamericano, que llamaban a la puerta del estudio. Los atendí yo, mientras Carmen iba con los niños a un parque.
Lee me dijo que quería un cuadro que había visto la vez anterior: un viejo retrato que estaba colgado en la pared de la entrada, a bastante altura.
Cogí la escalera y lo bajé. Era un cuadro pintado por Carmen en 1992, o como ella indicaba, "A.D. XMMII". ¡De la época de Pontevedra!
Hace años, muchos años, Carmen y yo estábamos estudiando Bellas Artes allí. Carmen empezaba a descubrir que lo suyo era pintar. Entonces pintaba muy poco en comparación con lo que pinta ahora, pero quizá por eso aquellos cuadros aún los recordamos muy bien.
Uno de los que pintó ese año, y que nos ha estado acompañando siempre, es este retrato, titulado "Isabel de Jacobo", que representa a una amiga nuestra, también pintora: Isabel Rey. Es este uno de esos típicos cuadros que te van acompañando, que como les tienes cariño los vas llevando encima, de casa en casa, toda la vida.
A mí me parece uno de los más bonitos que pintó Carmen en aquella época. Recuerda, como decía Rosa Caamaño, profesora de Carmen en ese curso, a los retratos de Pisanello,
Pues bien, ahora este cuadro se marchará a Philadelphia, patria del queso untable, en los Estados Unidos de América. Viajará más de lo que nosotros nunca hemos viajado, conocerá lugares nuevos y nuevas gentes desconocidas para nosotros, que ni siquiera hablan nuestro idioma. Es increíble.
No puedo dejar de pensar la cara que pondría Carmen si le dijese, en 1992, cuando estaba pintando, que ese retrato en el futuro se iría a vivir a Estados Unidos. Me la imagino riéndose, llamándome loco y adulador.
Este lunes, de casualidad, vimos a Lee y un amigo suyo, también norteamericano, que llamaban a la puerta del estudio. Los atendí yo, mientras Carmen iba con los niños a un parque.
Lee me dijo que quería un cuadro que había visto la vez anterior: un viejo retrato que estaba colgado en la pared de la entrada, a bastante altura.
Cogí la escalera y lo bajé. Era un cuadro pintado por Carmen en 1992, o como ella indicaba, "A.D. XMMII". ¡De la época de Pontevedra!
Hace años, muchos años, Carmen y yo estábamos estudiando Bellas Artes allí. Carmen empezaba a descubrir que lo suyo era pintar. Entonces pintaba muy poco en comparación con lo que pinta ahora, pero quizá por eso aquellos cuadros aún los recordamos muy bien.
Uno de los que pintó ese año, y que nos ha estado acompañando siempre, es este retrato, titulado "Isabel de Jacobo", que representa a una amiga nuestra, también pintora: Isabel Rey. Es este uno de esos típicos cuadros que te van acompañando, que como les tienes cariño los vas llevando encima, de casa en casa, toda la vida.
A mí me parece uno de los más bonitos que pintó Carmen en aquella época. Recuerda, como decía Rosa Caamaño, profesora de Carmen en ese curso, a los retratos de Pisanello,
Pues bien, ahora este cuadro se marchará a Philadelphia, patria del queso untable, en los Estados Unidos de América. Viajará más de lo que nosotros nunca hemos viajado, conocerá lugares nuevos y nuevas gentes desconocidas para nosotros, que ni siquiera hablan nuestro idioma. Es increíble.
No puedo dejar de pensar la cara que pondría Carmen si le dijese, en 1992, cuando estaba pintando, que ese retrato en el futuro se iría a vivir a Estados Unidos. Me la imagino riéndose, llamándome loco y adulador.
1 comentario:
Enhorabuena por esa venta camarada hartista!
Yo hace algo más de una semana supe por primera vez lo que se sentía al vender algo: que ilusión y que pena al mismo tiempo...
Muy chulos los cuadros, me gustan bastante, y las marinas con barcos especialmente, muy frescos, muy sueltos!
: )
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