El pasado viernes, 1 de Mayo, Carmen estuvo en A Coruña pintando el puerto deportivo. Aunque se celebró en Mayo, por razones climáticas, fue la acción pictórica correspondiente en realidad a Abril.
Ese día no llovió, pero eso sí, hizo frío, viento e inexplicablemente -en cualquier lugar excepto en Galicia-, sol.
Los cinco cuadros que pintó son el resultado de una lucha contra los elementos. Como asistente se probó mi pericia inventando maneras de evitar los efectos adversos del sol, que secaba las pinturas; del viento racheado, potentísimo, que tiraba cualquier cosa por pesada que fuese -incluyendo mis protecciones de la paleta contra el sol- y del frío que era difícil de evitar a la intemperie, entre otras cosas porque la manta que tenemos en el coche la usábamos de parasol.
En la serie de fotos se puede ver parte de nuestras aventuras en ese entorno que nos ponía a prueba. Aunque no se ve, por ejemplo, el momento en el que un cuadro grande voló casi diez metros con peligro de caer al mar, o cuando el paraguas que tapaba las paletas definitivamente dejó de tener una forma reconocible.
Mi consuelo era pensar que gracias a mis desvelos Carmen podía seguir [intentando] pintar. La pobre tuvo que pintar los tres últimos cuadros parando el caballete con las piernas y sosteniendo el lienzo por una esquina para que no temblara.
En torno a nosotros pasó muchísima gente. Además de la cantidad de gente que normalmente pasea por la zona se añadió la gente que al ser festivo no trabajaba, y los turistas de tres barcos enormes como el que aparece en la foto, detrás de Carmen. Estos turistas tomaron a Carmen por algún tipo de atracción local, y se sacaban fotos delante de ella o guardaban su imagen embadurnada de pintura como souvenir.
En fin, a pesar del tiempo algo desapacible, lo pasamos bastante bien. "Pintura en Acción" es así.
En la galería de Pintura en Acción correspondiente a Abril de 2009 podéis encontrar todas las fotos de ese día.
Ese día no llovió, pero eso sí, hizo frío, viento e inexplicablemente -en cualquier lugar excepto en Galicia-, sol.
Los cinco cuadros que pintó son el resultado de una lucha contra los elementos. Como asistente se probó mi pericia inventando maneras de evitar los efectos adversos del sol, que secaba las pinturas; del viento racheado, potentísimo, que tiraba cualquier cosa por pesada que fuese -incluyendo mis protecciones de la paleta contra el sol- y del frío que era difícil de evitar a la intemperie, entre otras cosas porque la manta que tenemos en el coche la usábamos de parasol.
En la serie de fotos se puede ver parte de nuestras aventuras en ese entorno que nos ponía a prueba. Aunque no se ve, por ejemplo, el momento en el que un cuadro grande voló casi diez metros con peligro de caer al mar, o cuando el paraguas que tapaba las paletas definitivamente dejó de tener una forma reconocible.
Mi consuelo era pensar que gracias a mis desvelos Carmen podía seguir [intentando] pintar. La pobre tuvo que pintar los tres últimos cuadros parando el caballete con las piernas y sosteniendo el lienzo por una esquina para que no temblara.
En torno a nosotros pasó muchísima gente. Además de la cantidad de gente que normalmente pasea por la zona se añadió la gente que al ser festivo no trabajaba, y los turistas de tres barcos enormes como el que aparece en la foto, detrás de Carmen. Estos turistas tomaron a Carmen por algún tipo de atracción local, y se sacaban fotos delante de ella o guardaban su imagen embadurnada de pintura como souvenir.
En fin, a pesar del tiempo algo desapacible, lo pasamos bastante bien. "Pintura en Acción" es así.
En la galería de Pintura en Acción correspondiente a Abril de 2009 podéis encontrar todas las fotos de ese día.
5 comentarios:
Carmen me gustaría mirar a través de tus ojos, aunque solo fuera un minuto. Mis felicitaciones.
Que bonito lo que dices.Te los presto,si me dejas mientras los tuyos.Un saludo.
No, no fué Anxova el que escribió lo anterior, fué un fallo técnico, supongo que de mis ojos.
Sin problema, pero sales perdiendo. Saludos
Soy de Argentina y leyendo tu escrito, tristemente observo que la maldad no entiende de fronteras, banderas ni latitudes. Gracias por expresar tan claramente ese sentimiento ante estos seres.
Un abrazo
Elsa Sposaro
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