Carmen -que no sabe estarse quieta- ya ha empezado a conocer Narón a través de su pintura, y el pasado día 31 de Enero estuvo en los alrededores -bellísimos- del molino de agua de Xubia. Es un tema clásico entre los pintores de la comarca.
En esta ocasión, en la que no pude acompañarla en su maratón, Carmen preparó una especie de traje de mujer-orquesta o para ser más precisos, mujer-taller. Llevaba todo, menos el caballete, colgado de su mandil, tal como indica el dibujo de arriba.
En los ocho cuadros de Carmen pintados ese día podemos encontrar su visión personal, merced a su pincelada rápida e inteligente -no se nota que soy fan de ella- y el resultado de utilizar un procedimiento mixto, a base de tinta china, acrílicos y barras de cera.
Era un día bastante frío, pero hubo suerte y no llovió. Aquí os dejo unas cuantas fotos:
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