¡Será posible! El pasado viernes, 23 de Febrero, Carmen dió un golpe... artístico.
De nuevo, como en el Zucre el pasado día 3 de Enero, Carmen pasó todo el día pintando. Otra cafetería, otro ambiente, otra gente. Semejante pero no igual.
Debo pedir disculpas porque asuntos privados me han "privado" de terminar la crónica hasta este momento.
No obstante haré memoria y relataré con el mayor detalle cómo se desarrolló la jornada.
El día anterior
Ultimamos los preparativos. Al mediodía, durante el cual el Cafeto cierra durante dos horas y media, aprovechamos para llevar los materiales: soportes -casi todo tablas- y pintura. Incluso la caja con los materiales para pintar a la encáustica.
La mañana
Nos levantamos más o menos temprano: a las 7,30.
A las 9,10 estábamos ya los dos en la cafetería.
Carmen no esperó mucho. En cuanto llegó se puso su ropa de faena (una vieja camisa con muchas capas de pintura) y agarró el caballete. Unos periódicos para proteger el suelo, un lienzo... y comienza la maratón.
El primer cuadro lo empezó a las 9,20. Carmen quería pintar una vista de la cafetería desde atrás. Para poder tener una mesa sin muchos cambios me pidió que me sentase en frente de ella mientras desayunaba.
El primer cuadro lo pintó de 9,20 a 11,25 de la mañana.
Poco a poco el Cafeto empezó a llenarse de gente. Se nota que es un local céntrico: a las 10 ya estaba lleno y aumentaba el bullicio.
Cerito, pintora ferrolana y buena amiga, como había prometido, vino a posar. Lo hizo en la galería de la parte trasera del Cafeto. Se juntó un corro de espectadores bastante considerable, que parecía por su postura y lo angosto del lugar que estaban esperando al autobús.
A lo largo del día fue pasando gente y más gente. Una buena experiencia y un buen montón de cuadros. Mi memoria no alcanza a estas alturas a traerme el recuerdo detallado de todo lo que ocurrió, pero a cambio os dejo estas fotos.
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